EL PROBLEMA DEL
MÉTODO CIENTÍFICO
EL PROBLEMA
DEL MÉTODO CIENTÍFICO
El método científico es un
camino de acceso a la intelección de la realidad. Consiste en dar razón
sistemática, empírica y en lo posible experimental, de los fenómenos. Se basa
en tres nociones capitales que alumbró el pensamiento griego: la physis, el sózein
tà phainómena y el lógon didónai.
Ciencia
es todo lo que se puede discutir. Lo cual afecta también al método científico.
Ese método es, por supuesto, y precisamente por ser científico, discutible. Y
lo es, en resumen, porque, a pesar de su ingente poder cognoscitivo y de su
inigualada eficacia práctica, es falible. El conocimiento humano, incluso el
más certero y profundo, termina siempre, según Heidegger, en una pregunta. Sea
lo que fuere de todo conocimiento humano, cuestión en la que ahora no voy a entrar,
así termina siempre -en una interrogante- todo conocimiento científico.
El positivismo científico es
problemático porque es fiable. En primer lugar, porque es dudoso que en el
conocimiento científico existan hechos puros, independientes de toda idea o
teorías previas, con los cuales puedan contrastarse las hipótesis para ver si
resultan confirmadas o refutadas. Los hechos no están siempre ahí, locuaces y
hablando por sí mismos. A lo más, contestan si se les pregunta. Su contestación
depende, en alguna medida, de la pregunta que se les hace. Y el científico hace
unas u otras preguntas según las ideas previas, explícitas o no, que le vienen
de la cultura en que vive o que, a partir de esa
cultura, se le ocurren o concibe. Según esas ideas y los medios en cada momento
disponibles, selecciona los hechos que le parecen pertinentes y los aspectos y
datos que estima oportunos. No es seguro que no existan otros hechos que otras
preguntas podrían revelar, ni está dicho que otros enfoques teóricos previos u otros
procedimientos de observación no condujeran a otros datos pertinentes. La
distinción entre teoría y hechos es, cuando menos, un problema.
No podemos decir que el problema
la ciencia esté resuelto, ni siquiera que sea resoluble.
Las
regularidades empíricas comprobadas lo son, por supuesto, en las efectivas
circunstancias en que se han comprobado, respecto a los hechos que se han
seleccionado, con los medios instrumentales físicos y matemáticos con que los
datos se han recogido, expresado y analizado, y dentro de los límites de
precisión que esos medios han logrado y permitido. Lo que, a una escala de
observación y medida, puede resultar regular y ordenado, a otra escala puede
manifestarse confuso, irregular o aleatorio, o, al contrario, lo que parece caótico
puede revelar ciertas invariantes a través de distintas escalas y un cierto
orden en lo desordenado, como indican las recientes teorías del caos, los
atractores y los fractales. Asimismo, lo que en determinadas condiciones se
comporta como partícula, en otras puede hacerlo como onda. Y cuando se pretende
sintetizar las regularidades en
forma de ley, se plantea el problema de que la inducción empírica es siempre
incompleta y, en consecuencia, no puede excluirse en absoluto la posibilidad de
que la ley comprobada no se cumpla en algún caso todavía desconocido. Si la
inducción ha de ser justificada por la comprobación empírica, el que se haya
comprobado hasta ahora, pongo por caso, que todos los cisnes son blancos no
excluye necesariamente que algún día se descubra un cisne negro o que la
blancura de los cisnes, examinada por medios más precisos, resulte ser más o
menos gris.
El carácter problemático de la justificación
subsiste si de las leyes empíricas pasamos a la comprobación de hipótesis. Los hechos,
en efecto, pueden confirmarlas o refutarlas. Pero ni la confirmación ni la
refutación son infalibles ni apelables. Cuando una hipótesis se confirma lo que
acontece es que las implicaciones observables que de la hipótesis se deducen
son efectivamente observadas. Lo cual prueba que la hipótesis es compatible con
los hechos, pero no que sea la única que puede explicarlos
El método científico, basado en la comprobación
sistemática de regularidades e hipótesis mediante su confrontación con los
hechos observables, es el camino más firme para la intelección de la realidad
empírica. Presenta, sin embargo, aspectos problemáticos en todos sus momentos y
fases. El investigador debe tener en cuenta el carácter problemático del método
que emplea.
Los límites del método científico en psicología
El método científico aplicado al estudio de los fenómenos psicológicos en tanto éstos se manifiestan de alguna manera en la conducta. Sólo la conducta permite ser observada pública y reiteradamente por diferentes investigadores y sólo en ella cabe comprobar con rigor empírico y experimental las regularidades y las teorías e hipótesis presuntamente explicativas.
Ahora bien, la conducta que estudia el psicólogo
es una acción física significativa, es decir, una acción física, como respuesta
espacio-temporal a una situación estimulante. Sin estimulación físico-orgánica
no hay conducta. Sin actividad físico-orgánica parece que no puede haberla.
Pero esa acción física es significativa. Significa algo para el organismo vivo
que responde. Y esta significación es precisamente lo que permite aplicar a su
estudio el método científico, porque es lo único que permite identificarla y
distinguirla de otras conductas. Los estímulos que provienen de la situación a
la que el ser vivo responde, en cuanto energías físicas, varían de un momento a
otro. La situación permanece psicológicamente identificable como la misma en
virtud de su significación para el sujeto estudiado y para el psicólogo que la
estudia.
Por lo pronto e inevitablemente plantea el
problema de cómo abordar el estudio de los fenómenos de conciencia. En efecto,
que la acción sea significativa quiere decir que significa algo para alguien, o
que implica una relación entre un sujeto y un objeto.
Y esa relación entre sujeto y objeto es precisamente lo que define la
conciencia. Sin conciencia, por rudimentaria, elemental y vaga que sea, o sin
alguna referencia a ella, no hay significación y, por lo tanto, no hay
conducta.
La conciencia lo es de la acción. Si no hay
ninguna acción, no se puede ser consciente de nada.
Lo
que se observa privadamente en la conducta, en la medida en que de ella somos
conscientes, es lo significativo de la acción física. Lo que se observa
públicamente en la conducta es la acción física significativa. Los datos de la
experiencia privada, como los datos de la observación externa, sugieren
regularidades y pueden servir de base a hipótesis explicativas cuyas
implicaciones, en ambos casos, han de someterse a la comprobación empírica o
experimental en la conducta públicamente observable.
El problema consiste en que no se puede de
ninguna manera prescindir de la conciencia, ni siquiera en la aplicación más
radical y extrema del método experimental. Incluso cuando la conducta
externamente observada se interpreta como conexión de estímulos y respuestas,
sea esta conexión manifiesta o encubierta, respondiente u operante, directa o
vicaria, se incluye en el proceder del psicólogo, lo sepa o no, lo diga o no,
el examen de la conciencia. Porque el estímulo es, al fin de cuentas, una
situación estimulante, significativa en alguna medida para el sujeto. Y la
respuesta es una acción física del sujeto, en algún grado significativa para
él.
Lo cual hace que, en la investigación psicológica
de la conducta, sea insoslayable la consideración de la conciencia y, a la vez,
el estudio de las variables y estructuras físicamente registrables en las que
la conducta se realiza. La coordinación de estas dos perspectivas, la que se
origina en la experiencia privada y la que procede de la observación pública,
constituye un problema que la psicología, como ciencia positiva, no puede
esquivar.
En el caso de la conducta humana nos referimos a
la meta-conducta. El ser humano se conduce respecto a su propia conducta. He
ahí un hecho inconcluso, que los psicólogos no han atendido suficientemente. El
hombre se encuentra con su respuesta y puede hacerse, y de algún modo tiene que
hacerse, problema de ella. Se encuentra, en algún grado y manera, como he
razonado por extenso en otros lugares, con la situación estimulante a la que
responde, con la obra que hace al responder con la actividad psicoorgánica que
se pone en marcha al responder, consigo mismo respondiendo. Al encontrarse con
todo ello, puede hacerse de todo ello cuestión, lo problematiza, indaga e
interpreta. Las interpretaciones que hace van constituyendo la cultura en que
vive y se conduce. Su conducta depende no sólo de los mecanismos psicoorgánicos
activados por la estimulación, sino de la interpretación cultural que de los
diversos componentes de su respuesta hace. Algunas de sus interpretaciones se
incorporan al cuerpo social y se transmiten, modifican o pierden a lo largo del
tiempo. Son el fundamento de lo que llamamos historia. Las posibilidades que
abren al hombre su estructura psicosomática y el mundo cultural e histórico en
que vive, se van actualizando en forma de acciones, de cuyo sentido
interpretado el hombre se apropia y con las cuales va realizando su vida
personal y biográfica.
Las diversas facetas de la conducta humana que
así se muestran plantean nuevos problemas a la constitución y desarrollo de la
ciencia psicológica.
La inevitable referencia a la conciencia permite
y exige la aplicación del método fenomenológico para describir las relaciones intencionales
entre el sujeto y el objeto, tal y como se dan en la experiencia privada. El
problema que surge para la psicología empírica y experimental es cómo derivar
de la descripción fenomenológica implicaciones comprobables en la conducta
observada y cómo desarrollar técnicas para su rigurosa comprobación.
Los factores históricos que modulan la conducta humana son, en rigor, irrepetibles, lo que hace sumamente problemática su comprobación empírica y experimental. El problema que ahora se plantea es cómo aproximarse, mediante la documentación pretérita, la hermenéutica histórica y la simulación de escenarios, a la articulación coherente de estos ingredientes y perspectivas con la comprobación positiva de las implicaciones que de ellos puedan derivarse en la actual conducta observable.
Los factores históricos que modulan la conducta humana son, en rigor, irrepetibles, lo que hace sumamente problemática su comprobación empírica y experimental. El problema que ahora se plantea es cómo aproximarse, mediante la documentación pretérita, la hermenéutica histórica y la simulación de escenarios, a la articulación coherente de estos ingredientes y perspectivas con la comprobación positiva de las implicaciones que de ellos puedan derivarse en la actual conducta observable.
TEORÍA CIENTÍFICA
Una teoría científica es un sistema abstracto
hipotético-deductivo que constituye una explicación o descripción científica a
un conjunto relacionado de observaciones o experimentos. Una teoría científica está
basada en hipótesis o supuestos verificados por grupos de científicos
individuales que en ocasiones no resulta completamente verificable. Abarca en
general varias leyes científicas, verificadas y frecuentemente deducibles de la
propia teoría. Estas leyes pasan a formar parte de los supuestos e hipótesis
básicas de la teoría que englobará los conocimientos aceptados por la comunidad
científica del campo de investigación y está aceptada por la mayoría de
especialistas.
La teoría científica es el planteamiento de un marco teórico que explica o describe un fenómeno científico. Contiene un complejo de hipótesis, conocimientos y leyes científicas lógicamente ordenados y sustentados en variadas evidencias empíricas que permiten deducir o concluir la teoría.
Nace a partir de observaciones empíricas y de una curiosidad por explicarlas, Es así como se da inicio a una investigación orientada por una hipótesis de trabajo. A partir de los resultados obtenidos de la investigación se crea la teoría. A este proceso los científicos le llaman, el método científico.
La teoría científica es el planteamiento de un marco teórico que explica o describe un fenómeno científico. Contiene un complejo de hipótesis, conocimientos y leyes científicas lógicamente ordenados y sustentados en variadas evidencias empíricas que permiten deducir o concluir la teoría.
Nace a partir de observaciones empíricas y de una curiosidad por explicarlas, Es así como se da inicio a una investigación orientada por una hipótesis de trabajo. A partir de los resultados obtenidos de la investigación se crea la teoría. A este proceso los científicos le llaman, el método científico.
Una teoría nunca podrá ser considerada como una
verdad absoluta pese a que haya sido demostrada en cientos de experimentos que
la corroboren. Esto se debe a que un científico nunca podrá asumir que conoce
todo lo que hay que saber al respecto. De esta manera se entiende que para
muchos fenómenos científicos hay más de una teoría que opere en ellos.
Podemos retomar ideas que nos indican la fiabilidad de una teoría que nos haga aceptarla o por el contrario descartarla.
Podemos retomar ideas que nos indican la fiabilidad de una teoría que nos haga aceptarla o por el contrario descartarla.
• Lógica interna: Los postulados; hipótesis, leyes o conocimientos, deben estar ordenados lógicamente, sin dar cabida a incoherencias de cualquier tipo. Se debe ver claramente una cadena de causas y consecuencias complementadas entre sí.
• Consistencia: Debe estar basada en suficientes
evidencias pertinentes que corroboren la teoría. Éstas deben ser de peso y
coherentes con el fenómeno que se intenta explicar. Debe ignorar los mitos que
no están sustentados por una base empírica.
• Compatibilidad con el fenómeno en cuestión:
Debe operar en la realidad sin limitarse tan sólo a un marco teórico, pudiendo,
de esta manera, ser empíricamente comprobable.
• Versatilidad: Dispuesta a ser corregida en
función de los resultados de futuros experimentos.
Por lo tanto, resumiendo, para un fenómeno científico pueden existir cientos de teorías que lo expliquen y que cumplen las características antes señaladas. Son hipótesis carentes de verdad cierta, sin embargo, cualquier observación que la contradiga, la teoría queda refutada y olvidada, es así como una teoría es válida, pese a ser una hipótesis carente de verdad absoluta, siempre y cuando no exista una evidencia empírica que la contradiga.
Por lo tanto, resumiendo, para un fenómeno científico pueden existir cientos de teorías que lo expliquen y que cumplen las características antes señaladas. Son hipótesis carentes de verdad cierta, sin embargo, cualquier observación que la contradiga, la teoría queda refutada y olvidada, es así como una teoría es válida, pese a ser una hipótesis carente de verdad absoluta, siempre y cuando no exista una evidencia empírica que la contradiga.
(2011, 07). Problema Del Metodo Cientifico. BuenasTareas.com. Recuperado
07, 2011, de
http://www.buenastareas.com/ensayos/Problema-Del-Metodo-Cientifico/2535560.html
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El
problema del método científico se da porque los filósofos llegan a un punto de
establecer que tenía que llegar a un proceso que lo que es la observación y
poder razonar sobre las cosas que pasaban, Asi ellos lograron encontrar las respuestas de dichas interrogantes que el
hombre se planteaba en un cierto punto de su vida.
Para
este proceso denominado método científico se complementaba por una seria de
etapas, el primer punto de este método es el planteamiento de un dicho
problema, esto va a depender del pensamiento del individuo. El segundo punto es
la observación que esta tiene que ser constante y detallada de dicho punto. Después
de una observación por un largo tiempo
de dicho objeto, se va a llegar a establecer una serie de hipótesis estas
pueden ser una serie de posibles soluciones que pueden ser ciertas o inciertas,
ya que esta pueden cambiar a lo largo del proceso.
Luego
de un planteamiento, una observación y una serie de posibles soluciones (hipótesis,
nos va a llevar a una experimentación de
con esta podremos establecer una posible respuesta de esta interrogante.
Después
de la experimentación obtendremos la respuesta concreta que luego la llevaremos
a una teoría, que esta será respalda y refutada por otras personas. Cuando las
personas han comprobado la teoría de este problema esta llega a convertirse en
una ley que esta es respaldada universalmente y así es como se da el método científico
sobre algún tipo de interrogante.
Servellon,2013
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