Filosofía en el
Renacimiento
Con los revolucionarios
aportes de los científicos europeos de los siglos XV y XVI se inicia el
pensamiento moderno. Aquí, mejor que en el terreno propiamente histórico, la
cronología tradicional resulta útil y facilita la comprensión del proceso
evolutivo del pensamiento filosófico. En el panorama de este "pensamiento
moderno" cabe distinguir siete grandes etapas.
A. LAS ETAPAS DE LA FILOSOFÍA MODERNA
1. Período de transición, con dos subperíodos: a.
La filosofía del Renacimiento (siglos XV- XVI); b. La fundamentación de las
ciencias naturales modernas (siglos XVI-XV II);
2. El período de los grandes sistemas
fundamentales (siglo XVII);
3 El del "Iluminismo" (siglos
XVII-XVIII);
4. El del criticismo kantiano (Kant: 1724-1804);
5. El del auge de la filosofía alemana: nacionalismo,
idealismo y pesimismo (desde fines del siglo XVIII hasta mediados del XIX);
6. El de la formulación de las nuevas corrientes
anglosajonas: utilitarismo, evolucionismo y pragmatismo; la influencia del
positivismo comtiano y la reacción psico-vitalista de Bergson, en Francia, y la
nueva orientación del pensamiento alemán: neo-kantismo, neo-metafísica
inductiva, vitalismo, fenomenologismo y neo-ontologismo (desde mediados del
siglo XIX hasta comienzos del XX);
7. El de la filosofía propiamente contemporánea,
que examinamos a través del existencialismo.
B. CARACTERIZACIÓN DE LA FILOSOFÍA RENACENTISTA
¿Qué fue el Renacimiento? Este gran movimiento de
ideas -en que surgen pensadores, científicos y artistas creadores de mentalidad
privilegiada y visión integral de la existencia- puede ser avizorado desde
diversos puntos de vista: el simplemente humanístico, que se refiere a la
literatura y a las artes; el político, que alude a la historia europea y
esencialmente a la desaparición del sistema y del ideario feudal, y el
filosófico.
Para Wilhelm Dilthey es, esencialmente, "la
liberación del espíritu de los pueblos modernos por el humanismo y la
Reforma". Y presenta, como aspectos esenciales los siguientes: una
"renovación" o "revaloración" del pensamiento antiguo; la
iniciación de una "nueva ciencia" del mundo, y el comienzo de una
"filosofía de la sociedad". El primer aspecto estaría representado
por los humanistas neoplatónicos, como Marsilio Ficino, y por los impugnadores
de Aristóteles, como el español Luis Vives; el segundo, por Nicolás de Cusa,
Teofrasto Paracelso y, posteriormente, Giordano Bruno; el tercero, por Nicolás
Maquiavelo, Tomás Moro y Juan Bodin.
Afirma Wudnt que
en el origen del pensamiento filosófico y científico del Renacimiento se encuentran
tres aportes fundamentales: la idea de lo infinito o ilimitado, enunciada por Nicolás de Cusa (1401-1464); el concepto de
la relatividad de los
fenómenos, debido a Copérnico (1473-1543) y la idea del microcosmos, el alma como arquetipo del universo, concebida
por Paracelso (1493-1561).
A esta trilogía sin embargo, habría que agregar
los nombres de otros varios humanistas, pensadores y científicos europeos, que
aportaron una serie de conceptos básicos para la fundamentación del concepto moderno de filosofía, insurgieron contra
fórmulas puramente verbales, o se aproximaron a la naturaleza para estudiarla
directa e inclusive experimentalmente.
Así, como iniciadores renacentistas de la
filosofía moderna tendríamos que mencionar también al inglés Tomás Moro (1480-1535),
al italiano Nicolás Maquiavelo t1469-1527), al francés Michel de Montaigne
(1533-1592) y al genial italiano Giordano Bruno (1548-1600) para no citar sino
a los más ilustres e influyentes. Por haber sido un continuador de Copérnico y
por la exaltada plenitud de su pensamiento, las principales ideas de Giordano
Bruno se esbozan en el punto A del próximo capítulo.
Atendiendo a la orientación de su pensamiento y a
su especial actitud frente a su época, los pensadores más representativos del
Renacimiento se pueden clasificar en dos grupos: el de los científicos y el de
los humanistas.
C. LOS CIENTÍFICOS
1. Nicolás de Cusa
(1401-1464), nacido cerca de Treveris, llegó a ser cardenal
romano. Fué una figura de transición entre la Edad Media y la Moderna, pero se
anticipó científicamente a su tiempo, enseñando que la tierra gira sobre su
propio eje y proponiendo la experimentación metódica en el terreno de las
ciencias naturales. Señala las matemáticas como modelo de certidumbre; sostiene
que el conocimiento es una medida espiritual, porque consiste en la
"asemejación" del sujeto que conoce y de su objeto, y formula el
concepto de la infinitud. Asume, por lo demás, una actitud de tolerancia
religiosa inusitada en su tiempo: "No hay más que una religión". Lo
que, a contrario sensu equivale a decir que todas las religiones son válidas.
2. Luis Vives
(1492-1540), español nacido en Valencia, fue ante todo un
humanista. Pero la trascendencia de sus ideas científicas permite clasificarlo
en este grupo. Ante todo, porque combatió a los escolásticos y a Aristóteles y
porque en la más extensa de sus obras -De Disciplinis, 1531- aspiró á
una nueva fundamentación de las ciencias mediante la experiencia. Su posición
"moderna" se revela también en que no sólo desprecia la metafísica,
sino que considera que lo importante no es saber qué cosa es el alma, sino cuál
es su actividad: Lo que implica una posición psicológica absolutamente nueva.
3. Teofrasto Paracelso
(1493-1561), médico y químico nacido en el actual territorio suizo,
sostuvo el concepto unitario de todas las manifestaciones vitales, es decir, la
relación espiritual de todo el universo, como explica Vorlander: el hombre solo
se conoce a través del mundo, y éste, solamente a través de los hombres. No hay
causas exteriores, sino fuerzas interiores inmanentes. El hombre es un
compendio del mundo ("microcosmos") y por lo tanto no debe oponérsele
radicalmente al concepto total del universo ("macrocosmos"), puesto
que de este forma parte.
D. LOS HUMANISTAS
A la corte florentina de Cosme de Médicis llega
hacia 1438 el filósofo neo-platónico bizantino Georgios Gemistos Plethon, quien
consiguió fundar una Academia platónica en Florencia. El renacimiento
filosófico surge así bajo el signo del idealismo de Platón.
1. Marsilio Ficino
(1433-1499) fué discípulo de Plethon, y director de la citada
Academia. Tradujo al italiano las obras de Platón y de Plotino y ejerció
notable influencia en sus continuadores, entre los que se cuenta el
enciclopédico Pico de la Mirándola (1463-1494). El primero, admirador de
Savonarola, terminó siendo enemigo del gran reformador florentino. El segundo,
después de haber expuesto tesis de singular audacia -tanto en el orden
teológico como en el filosófico- terminó retractándose y adentrándose por los
caminos de la mística.
2. Erasmo de Rotterdam
(1467-1536) figura entre los precursores de la Reforma
protestante. Todas sus obras son índices de su posición racionalista y, en
ocasiones, un tanto escéptica y epicureísta. Si, como filósofo, Erasmo no es una
figura significativa; su muy especial psicología explica la influencia
intelectual que ejerció en su época. La más leída de sus obras -el Elogio de la locura- es una crítica sutil de la Iglesia Romana y, al
propio una especie de "ética" del término medio: - verdadera
sabiduría consiste, en cuanto somos humanos, en no querer ser más prudentes de
lo que pide la propia naturaleza".
3. Miguel de Montaigne (1533-1592)
célebre humanista francés, perteneció a una
generación muy posterior a la de Erasmo, con el que coincide en una posición
escéptica, que acentúa y sistematiza en sus admirables Ensayos. Para Montaigne,
conforme a lo que escribe lúcidamente Vortander, no existe conocimiento al que
pueda ser admitido universalmente por los sentidos ni por el entendimiento:
-"Nosotros mismos somos los que valoramos las cosas y hemos creado los
conceptos del bien y del mal"-. Montaigne se desentiende de la realidad
política y religiosa de su tiempo y se somete al orden existente, porque ante
todo le preocupa su propio bienestar y porque sonríe ante el delirio dogmático
de los hombres.
A las doctrinas de Tomás Moro, Maquiavelo y
Bodin, nos referimos en la Parte II de esta obra en cuanto sus aportes se
relacionan, mejor que con la historia de la filosofía, con la de la filosofía
de la historia.
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Filosofía en el
Renacimiento
La filosofía
renacentista es la filosofía que se desarrolló en Europa desde el siglo XIV hasta el siglo XVI y que marcó el paso de la filosofía medieval a la filosofía moderna.
En primer lugar se caracteriza por ser un humanismo, que se centra en la
filosofía medieval, que siempre tuvo a Dios en el centro, pues su principal objetivo era justificar la
existencia de Dios. En el Renacimiento, Dios y el cristianismo dejaron de ser el punto central del pensamiento para dar paso
al hombre como punto central. Un ejemplo puede ser el dibujo del Hombre de Vitruvio de Leonardo da Vinci, en el cual muestra la
precisión del hombre como medida de todas las cosas.
A diferencia de lo que había ocurrido con la
filosofía griega, que había centrado su reflexión en torno a la determinación
del objeto, la filosofia medieval centrará su interés en Dios. La filosofía
helenista había dado una orientación práctica al saber, dirigiéndolo hacia la
felicidad del hombre. Es el caso del estoicismo y del epicureísmo, que habían
colocado a la ética en el vértice del saber. A lo largo de los primeros siglos
de nuestra era, la progresiva expansión del cristianismo y otras religiones
mistéricas irá provocando la aparición de otros modelos de felicidad o
"salvación individual", que competirán con los modelos filosóficos.
Frente a la inicial hostilidad hacia la filosofía manifestada por algunos de
los primeros padres apologistas cristianos, sus continuadores encontrarán en
la filosofía especialmente a partir del desarrollo del neoplatonismo
de Plotino, un instrumento útil, no sólo para combatir otras religiones o
sistemas filosóficos, sino también para comprender, o intentar comprender, los
misterios revelados. Surge de ahí una asociación entre filosofía y cristianismo
o, más en general, entre filosofía y religión, que pondrá las bases de la
futura filosofía medieval, entre los cristianos, los musulmanes y los judíos.
El tema fundamental de reflexión pasará a ser la divinidad, quedando
subordinada la comprensión e interpretación del mundo, del hombre, de la
sociedad, etc. Al conocimiento que se pueda obtener de lo divino. La fe, que
suministra las creencias a las que no se puede renunciar, tratará de entrar en
diálogo con la razón. La inicial sumisión de la razón exigida por la fe, dejará
paso a una mayor autonomía propugnada, entre otros, por Santo Tomás de Aquino,
que conducirá, tras la crisis de la Escolástica, a la reclamación de la
independencia de la razón con la que se iniciará la filosofía moderna.
Filosofía en el
Renacimiento
primera fase del Renacimiento fue la
conocida como fase humanística, que comenzó en Italia y se extendió al norte de
Europa. Se suele llamar "Renacimiento" a un período de la historia de
Occidente (finales del s. XIV a finales del s. XVI, aproximadamente) que supuso
unos modelos culturales y sociales distintos a los principios característicos
del mundo medieval. Sin embargo, estos no fueron el resultado de un cambio
brusco de mentalidad, sino consecuencia de una evolución progresiva, en todos
los órdenes, desde los siglos previos. Así, en política, se produce la creación
y desarrollo de poderosas monarquías y de los nacionalismos; en la economía se
genera un predominio de la actividad mercantil, y la pujante importancia de la
burguesía y de las ciudades, son algunos de los aspectos, entre otros muchos,
que ponen de relieve la notable transformación operada sobre las estructuras de
la Edad Media.
En el ámbito del pensamiento o de las
ideas, el Renacimiento se caracteriza por una serie de notas: resurgimiento de
la Antigüedad clásica, crisis de creencias e ideas, desarrollo de la
individualidad, fermentación de nuevas concepciones sobre el hombre y el mundo,
confianza en la posibilidad del conocimiento y dominio de la Naturaleza,
tendencias escépticas, exaltación mística, actitud crítica, etc. Así, como
consecuencia de este individualismo y valoración de lo humano, también se
produce el desarrollo de una religiosidad más íntima, desprovista del
ceremonial característico de la liturgia medieval. Surgirán así corrientes
religiosas como el erasmismo o la reforma protestante.
Por consiguiente, frente al teocentrismo
medieval, el espíritu de la época renacentista se manifiesta en la idea del
hombre como centro del universo y de la naturaleza como espacio vital. En este
sentido, cobran inusitado interés y desarrollo corrientes de inspiración
clásica: el epicureísmo, el neoplatonismo, el escepticismo... Por consiguiente,
este carácter variado y multiforme de la filosofía renacentista se manifiesta
en el hecho de las muy diversas orientaciones que acoge: tendencias
neoepicúreas (Valla), neoestoicas (Guillermo du Vair, Justurs, Lipsius),
neoplatónicas (Academia florentina con Besarión, Marsilio Ficino, Pico della
Mirandola), neoaristotélicas (Escuela de Padua, Averroísmo, alejandrinismo),
místicas (Weigel, Böhme), humanista "realista" (Maquiavelo),
humanista "liberal" (Erasmo, Reuchlin), platónicas de diversas direcciones
(Nicolás de Cusa, Telesio, Bruno, Campanella), escépticas (Montaigne, Charrón,
Sánchez), naturalistas y científicas (Vinci, Copérnico, Kepler, Galileo),
antidialécticas (Vives), etc.
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