viernes, 25 de octubre de 2013

Filosofía Moderna del siglo XVII

El problema del conocimiento



El concepto de ciencia es en si mismo problemático y su discusión y análisis en profundidad es materia de la filosofía de la ciencia o epistemología. No pretendemos aquí, naturalmente, pasar revista al estado actual de esta discusión. Para nuestro propósito bastará con caracterizar el concepto de ciencia tal como se ha dado en un sentido tradicional y que ha dominado y orientado la praxis científica (en las ciencias de la naturaleza) desde Galileo y Bacon en adelante, pues a este modelo responde el surgimiento histórico de la psicología como ciencia y desde él (y contra él) se produce la áspera disputa respecto al carácter o falta de carácter científico de la misma y a si un determinado modo de entender y hacer psicología posee valor científico o no.

Plantearse el problema del concepto de ciencia no es tarea fácil; a preguntas tales como qué es la ciencia? (y por contraste qué no es ciencia),cómo procede la ciencia? en qué consiste la ciencia?, surgen inmediatamente otros interrogantes de tipo más básico: es posible el conocimiento?, en caso afirmativo, cómo podemos conocer?, pues cualquier cosa que se diga de la ciencia algo es indudable: la ciencia es una forma de conocimiento; de modo que antes del problema epistemológico propiamente dicho tenemos el problema gnoseológico, el problema del conocimiento como tal.

El problema gnoseológico se encuentra presente ya en los comienzos de la reflexión filosófica en Grecia. Para Parménides de Elea, el pensar no tiene otro objeto que el Ser y éste no se identifica con las cosas múltiples que devienen, el mundo de los sentidos, sino que es permanente, eterno,inmóvil y necesario. En consecuencia, la multiplicidad y el devenir se oponen al Ser; la vía de los sentidos es falaz y conduce al error.

Mientras los eléatas sostenían la existencia del Ser, los sofistas vinieron a sostener la impermanencia y relatividad de todo. Para Protágoras de Abdera no hay verdaderamente Ser sino sólo "fenómenos" y "cambio". Pero he aquí que si no hay Ser no hay verdad en términos absolutos y permanentes, por lo que el "hombre es la medida de todas las cosas". El pensamiento de los sofistas vino a sostener un relativismo que se traduce en un ecepticismo de fondo.

En Sócrates, la Realidad supera siempre al hombre, por lo que hay que ser cauto y prudente a la hora de hablar de la "verdad". El hombre sabio es conciente de su ignorancia, lo que no implica un ecepticismo, sino la aceptación humilde de la limitación como principio del saber.

La búsqueda de la sabiduría es el más grande anhelo socrático, pero este principio de la sabiduría es reconocer que el hombre (y por lo tanto el conocimiento que pueda obtener) es finito y limitado. La verdad, por otra parte, no debe buscarse fuera (el camino de los sentidos), sino dentro. "Sócrates representa un descubrimiento del hombre y, hasta cierto punto, de la reflexión sobre sí como punto de partida del redes cubrimiento del Ser y, al mismo tiempo, una exigencia de conocimiento filosófico universalmente válido".

Con Platón, la teoría del conocimiento no asume una forma unívoca y precisa, pues se va modificando a lo largo de sus diálogos; sin embargo para nuestro propósito bastará con una caracterización general en términos de la distinción entre una realidad "inteligible" conformada porlas ideas necesarias, universales y eternas y la realidad "sensible", corres pondiente al mundo de las cosas, mudable y cambiante, que corresponde a un grado inferior del Ser y, por lo tanto, a un tipo inferior de conocimiento (doxa).

La ontología platónica que implica los "grados del ser" (dialéctica) se corresponde con los grados del conocimiento, pues el Ser, como en Parménides, corresponde al pensar. El mundo sensible (2do. grado del ser) es el reflejo o signo del mundo inteligible de las Ideas, por lo que el mundo de las cosas y el devenir (del cual el hombre participa en cuanto ente corporal) permite descubrir el orden inteligible del Ser Absoluto y permanente. Pero entre lo sensible y lo inteligible existe el grado intermedio de los entes matemáticos, no del todo desprendidos de lo sensible, a los cuales corresponde la razón discursiva (dianoia), que no es un conocimiento perfecto pero sí superior al conocimiento sensible.
Finalmente, al orden de la Suprema Realidad corresponde la intuición (noésis), que es el conocimiento perfecto.

Y así llegamos a Aristóteles, considerado habitualmente como el verdadero precursor de la ciencia moderna, a pesar de que ésta se constituye inicialmente como oposición al aristotelismo de la escolástica medieval.Aristóteles conservó el dualismo platónico entre "lo sensible" y "lo inteligible"; entre el devenir de la naturaleza y el motor inmóvil.



Más lo que en Platón es trascendente (las esencias-ideas), en Aristóteles es inmanente (la esencia de una cosa). Aristóteles rechaza el intuicionismo platónico, siendo la "razón" el instrumento del conocimiento, motivo por el cual deben estudiarse y establecerse sus leyes (lógica).

La ciencia es conocimiento por las causas (idea ésta que luego sería fundamental en la concepción moderna de la ciencia, si bien la causalidad en Aristóteles es mucho más que la empírica de la ciencia), por lo tanto, la demostración correcta la hace posible. Distinguiendo entre el estudio de las "causas próximas" (ciencias particulares) y la ciencia de las "primeras causas" y principios de las cosas (Metafísica).

Aristóteles, como Platón, reconoce tres grados del conocimiento, con la diferencia que no corresponden a tres grados del Ser, sino a tres niveles de abstracción. Así entonces está la Física (1er. grado), la matemática (2do. grado) y la metafísica (3er. grado). El conocimiento del cambio, de lo singular (física) no es ciencia, mientras que el conocimiento de lo universal (metafísica) sí lo es.* No obstante, la metafísica de Aristóteles no se refiere a un orden suprasensible, un "más allá de la física que es el Ser que hace ser a lo visible... Lo real para Aristóteles no es algo que existe más allá de lo sensible, sino que es simplemente la realidad natural o física de la cual puedo, por abstracción, fabricar el concepto universal del ente (por lo que) no hay propiamente metafísica sino un naturalismo realista o un realismo cósmico".(1)

En este caso, la ciencia moderna (positivista) seguirá manteniendo el criterio de lo universal, pero se producirá una inversión total respecto a que sólo se considerará ciencia al estudio de lo observable y empírico mundo físico), en tanto que se considerará mera especulación carente de valor a lo que Aristóteles designaba como metafísica.


En el naturalismo, el conocimiento causal y el método deductivo aristotélico, junto al "objetivismo" propio del pensamiento griego, se encuentran los elementos prefiguradores del concepto de ciencia tal como, casi 20 siglos después, se desarrollaría en la Europa de principios del siglo XVII.
El propio conocimiento encierra la idea de "verdad", pues conocer es conocer con verdad, lo contrario es falsedad o ilusión, lo cual carece de valor o utilidad alguna. En el pensamiento griego la reflexión epistemológica forma parte del filosofar (Platón - Aristóteles), como también puede decirse de la Edad Media; pero es en la Edad Moderna cuando aparece como tema de reflexión en sí mismo.

Como tal es tratado por John Locke en su "Ensayo sobre el entendimiento humano" (1690); por George Berkeley en el "Tratado de los principios del conocimiento humano" (1710); por David Hume en su "Tratado de la naturaleza humana" (1748). También en el caso de Leibniz, que en los "Nuevos ensayos sobre el entendimiento humano"(editado en forma póstuma en 1765) intenta la refutación de la posición sentada por Locke. Con la "Crítica de la razón pura" (1781),Kant aborda la crítica del conocimiento científico de la naturaleza.

Según Johannes Hessen en su "Teoría del Conocimiento", el fenómeno del conocimiento linda con tres esferas distintas:


a- El sujeto (esfera psicológica)

b- La imagen (esfera lógica)

c- El objeto (esfera ontológica)


De aquí que toda reflexión epistemológica se realice, necesaria mente, desde una ontología o remita a ella. Así ocurre (como acabamos de ver) en los presocráticos, en Platón, Aristóteles y toda la historia del pensamiento.

Siendo así, a partir de la dualidad "sujeto-mundo" proveniente de la filosofía griega el problema del conocimiento se presenta como una cuestión de correspondencia entre el sujeto (conciencia o mente cognoscente) y el objeto. Siguiendo a Hessen, el problema así planteado puede descomponerse en las siguientes cinco subcuestiones:



-Puede el sujeto aprehender realmente el objeto? (posibilidad del conocimiento).

-Cuál es la fuente o base del conocimiento humano? (origen del conocimiento).

-Existe sólo una o varias formas de conocimiento (formas del conocimiento).

-Cómo distinguir con certeza lo verdadero de lo falso? (criterios de verdad).


A la primera pregunta obviamente sólo cabe responder por la afirmativa si no se quiere asumir o caer en una posición escéptica, a partir de la cual cesa toda discusión sobre el conocimiento. La ciencia, cualquiera fuera la forma en que se la entienda, la filosofía y la historia cultural de la humanidad suponen admitir esta posibilidad como punto de partida.

Claro que una vez admitida esta posibilidad inmediatamente surgen diferentes formas de entender dicha posibilidad, pudiéndose resumir en las siguientes:

-Dogmatismo, que habitualmente adopta la forma de tradicionalismo o racionalismo.

-Relativismo, que reconoce la posibilidad del conocimiento sólo limitado a una esfera restringida y contingente.

-Pragmatismo, que reemplaza el concepto de "verdad" por el de "utilidad" (en el fondo, como lo señala Hessen,

es un ecepticismo atenuado.

-Criticismo, encarnado en la doctrina kantiana del conocimiento.


Respecto a la segunda pregunta las posturas posibles se bifurcan en dos alternativas opuestas representadas por el Racionalismo, que sostiene a la Razón como fuente del conocimiento a partir de postular la inteligibilidad del mundo (Platón, Descartes, Kant) y el Empirismo, (Locke, Hume, Mill) que sólo reconoce a la "experiencia sensible" como fuente del conocimiento, con diversas formulaciones en cada caso y combinaciones entre sí.

En cuanto a la crucial cuestión, dada la relación "sujeto-objeto", de cuál determina a cuál, nos encontramos también con la polaridad "Realismo-Idealismo". El primero sosteniendo que el sujeto (la conciencia o mente) es determinado por el objeto, lo que significa que el conocimiento se concibe como un isomorfismo o consonancia del pensamiento con el objeto; el segundo postulando exactamente lo inverso, el objeto o realidad es determinada por el pensamiento. Desde luego, como en todos los casos, existen distintas formas de realismo e idealismo, pero las enunciadas son las posiciones básicas.

En lo que se refiere a la tercera cuestión planteada por Hessen, las formas del conocimiento, las posiciones básicas que encontramos son las siguientes:

-La que sólo reconoce una sola forma de conocimiento, esto es el de tipo discursivo-racional o empírico-racional, según sea la vertiente racionalista o empirista. En el positivismo esta exclusividad es asumida por la ciencia.

-La que reconoce, además, a la intuición como una forma válida de conocimiento. Es el caso de Platón y toda una línea de pensamiento que se continua con Plotino, San Agustín y Pascal; pero también está expresada, si bien con distintos matices, en Bergson, Husserl y Scheler.

-La correspondiente a la tradición místico-religiosa que sostiene a la Revelación y la Iluminación como una forma de conocimiento supraracional o arracional, extraempírico y vivencial.

Vemos así que el problema del conocimiento (en su posibilidad, origen y formas) caben diferentes respuestas y posturas, cada una de las cuales, así como una variedad de combinaciones entre ellas, se han dado a lo largo de la historia del pensamiento. Estas posturas, en última instancia, implican o se vinculan a una determinada concepción del ser, esto es, remiten a una ontología.




El problema del conocimiento en Aristóteles


1. Aporía de lo universal-particular
Si solo existen las cosas individuales y concretas, y estas cosas son particulares, ¿cómo es posible alcanzar la ciencia de las cosas universales, es decir, que esta ciencia exista?
Partiendo de que los rasgos esenciales del conocimiento científico son universalidad e inteligibilidad, se da la necesidad de lo común y uno, como algo distinto de los particulares sensibles, para que exista la ciencia, pero se cae en la contradicción expuesta anteriormente.
Aristóteles no cree en las ideas postuladas por Platón, puesto que para existir por sí, como entes separados, deberían ser particulares, pero para ser ideas y dar razón de la multiplicidad, deben ser universales, esto es: o existen pero no explican la multiplicidad, o no existen, y por lo tanto tampoco explican. Nada separado puede ser causa de conocimiento ni de ser.
Para solucionar esta contradicción, Aristóteles tendrá que otorgar a su forma un doble status ontológico. Lo universal está presente, de algún modo, en lo particular. La forma se revela como la verdadera sustancia de cada cosa particular, es un principio intrínseco en acto que determina al sujeto.
Lo universal es real, como potencia, en cuanto contenido en lo particular. En acto, la forma es particular; en potencia, es universal, porque puede volverse común en la intelección al ser extraída de múltiples substancias. La forma universal es descrita como “materia inteligible”. El hecho de la repetición de los diseños funda la posibilidad del conocimiento de los entes particulares, en cuanto poseedores de la potencia de ser agrupados en algo uno (el universal, o lo común).



2. Lo universal: forma inteligida
La solución del problema de la ciencia ha de hallarse en la doble función de la forma como principio intrínseco de los individuos y como objeto de conocimiento. Todo individuo sensible es miembro de una clase, en palabras de Aristóteles, “esta alfa es una alfa”.
Lo que la ciencia conoce no es una copia o representación de las cosas, sino las cosas mismas en su aspecto formal, ya que es la misma forma constitutiva de la cosa, sin su materia, lo que está en el alma, que es descrita como “lugar de las formas” (solo gracias a esta identidad real la ciencia es capaz de conocer la realidad). La forma se desdobla, puesto que por una parte sigue siendo el principio constitutivo de la cosa, a la vez que, por otra, es inteligida en el alma.
Pero el modo de ser de las formas, en cuanto conocidas en el alma, ha de ser independiente de las formas unidas a la materia. “El intelecto es forma de formas así como el sentido es forma de las cualidades sensibles”.
La intelección no consiste en separar físicamente las formas del sustrato sensible, sino en contemplar las formas en su aspecto universal: cuando eso sucede, lo común y universal en potencia se actualiza. Las formas inteligibles, en cuanto individuales en acto, permanecen inseparables de las cosas que determinan y estructuran, pero al mismo tiempo, al ser inteligidas, se produce la actualización de su aspecto común material inteligible (aunque siguen existiendo unidas a las formas sensibles que las contienen).
Lo particular es un ejemplar de una clase y, por ello, tanto en su constitución sensible como en su estructura inteligible, contiene, además de lo propio en acto, lo común en potencia.




3. Doble caracterización de la forma
[¿Cómo conciliar las descripciones contrarias de los dos status ontológicos de la forma?]
La sustancia sensible está compuesta de materia y forma. A la materia le falta determinación y solo recibiendo la forma viene a ser algo determinado, es decir, es la forma la que constituye la sustancia de las cosas. Pero la caracterización de la forma como determinada y separable por el pensamiento corresponde a la sustancia en cuanto esencia. Como esencia es cognoscible, por lo que podemos captar al objeto sensible como algo distinto en la percepción y concebirlo como objeto inteligible.
La sustancia, por lo tanto, es extraída de la forma como principio intrínseco de la cosa, para hacerse cognoscible como un “de tal tipo”.
4. Forma individual y forma universal
Los universales son conceptos que pertenecen a proposiciones y las formas pertenecen a las cosas y sus estados. Al mismo tiempo, los universales son formas porque el contenido del pensamiento es una forma hecha general al ser abstraída en el pensamiento. Los universales son las formas particulares existentes tomadas universalmente, sea en el lenguaje o en el pensamiento. Abstraer una forma de su materia es convertirla en un universal.
Por tanto, no es necesario escoger entre una de las dos concepciones de forma aunque sean contrarias, porque una se aplica a la forma individual y otra a la universal o específica. Ambas formas resultan también complementarias, porque la forma individual es el fundamento sobre el que se asienta la forma específica, ya que proviene de aquella. Y puesto que de ella proviene, hace posible que la ciencia sea realmente conocimiento de lo real: el pensamiento no se oscurece, sino que se vuelve más claro a medida que hunde sus raíces en la forma individual.
5. Forma en acto y forma en potencia
Los universales existen como propiedades reales que son idénticamente compartidas por múltiples individuos, y requieren, para subsistir, de la clase total de particulares de los que se predican. La existencia de un conjunto de individuos que tienen una propiedad en común es condición de posibilidad del universal.
Aunque el universal no sea sustancia, lo universal está en potencia en la esencia, formando parte de su composición. Desde el punto de vista del sujeto que conoce, lo universal es una potencia cuya actualización depende del encuentro con el intelecto, pero en sí mismo ya es una estructura ontológica de lo real, porque lo individual contiene también lo común. “La potencia, al igual que la materia, es de lo universal e indeterminado. El acto, por el contrario, es determinado y de lo determinado [como la forma].
6. Cosa y esencia
Aristóteles sostiene la identidad entre la cosa y su esencia. No dice que la esencia sea, en su status ontológico, exactamente lo mismo que la cosa, sino solo que cada cosa individual es una con su esencia. Pero no son lo mismo, porque la esencia no existe aparte de la cosa.
La cosa individual se identifica con su esencia, que la define e identifica como individuo de una clase, pero la esencia no se agota en el individuo que define, sino que es común a todos los individuos de la misma clase.







El Problema del Conocimiento

Los problemas que corresponden a esta disciplina hacen referencia al conocimiento.
La importancia de esta disciplina filosófica es reciente (siglo XVII), aunque ya antes Platón y Aristóteles plantearon problemas concernientes al conocer y las condiciones que lo hacen posible. Fue Aristóteles quién organizó algunos conocimientos a partir de las observaciones directas que llevó a cabo. Pero en ninguna parte de su obra se plantea un proceso controlado de sus observaciones y menos una experimentación en sentido estricto.
Durante el cristianismo y la Edad Media, el conocimiento científico y filosófico quedó subordinado a la teología. Fueron Galileo, Bacon, Descartes e incluso todavía anteriores a estos grandes hombres tendríamos que mencionar a Duns Escoto y Guillermo de Occam entre los pioneros de la ciencia moderna. Ellos sentaron las bases de un método científico y le dieron un lugar preponderante a la observación, experimentación e hipótesis científica.
En lo concerniente a la relación sujeto y objeto del conocimiento, existen tres modelos o posturas fundamentales según el énfasis que se le dé al sujeto, al objeto o a la relación que se establece entre ambos términos. Así podemos esquematizar tres posturas fundamentales: a) el subjetivismo o racionalismo, b) el objetivismo o empirismo y, c) el materialismo o dialéctica crítica.

El problema del conocer puede enfocarse desde la teoría del conocimiento o desde la Lógica; a últimas fechas la Epistemología se ha encargado de estudiar el conocimiento científico.

En muchas ocasiones los problemas gnoseológicos pueden ser muy evidentes y fáciles para ti. Responde a que se conoce por medio de los sentidos y la razón resulta obvia; pero no lo fue así entre empiristas y racionalistas que en el siglo XVII entablaron una polémica al respecto.

Por otra parte, consideramos que algo de lo que estudia la Lógica y la teoría del conocimiento ya lo sabes, sólo se trata, ahora, de que se pasa algo del proceso. Por ejemplo, para saber cuándo algo es verdadero, se utiliza un criterio de verdad; el más utilizado es el de correspondencia con la realidad: cuando algo que se afirma corresponde con lo que existe realmente, es verdadero. Este criterio es, primordialmente, el de las Ciencias Naturales. Pues bien, llega a casa y dile a un niño de cuatro años (o más o menos de esa edad) que hay en la cocina pastel del que le gusta. Lo primero que hará el niño será ver si es cierto, pero no saldrá de la cocina diciendo: “según mi criterio de verdad como correspondencia con la realidad, lo que me han dicho es falso”. Simplemente lo llevará a cabo, aún sin saberlo.

Por ello decimos que hacemos las operaciones lógicas, pero desconocemos cómo es el proceso. Cómo conocemos, cuál es el proceso del pensamiento y qué validez tienen esos conocimientos son preguntas importantes de la Gnoseología.



EL PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO

PROBLEMAS DEL CONOCIMIENTO: Como nuestro conocimiento es conocimiento de objetos, es decir, de cosas que parecen existir independientemente de nosotros, se trata de averiguar si es posible alcanzar a conocerlos en realidad o si existen límites para dicho conocimiento. A continuación hay cinco problemas que a lo largo de la HISTORIA DE LA FILOSOFÍA, han intentado algunas soluciones. Estos problemas son:


1. Sobre la Posibilidad del conocimiento
2. Sobre el Origen del conocimiento
3. Sobre la Esencia del conocimiento
4. Sobre las Formas del conocimiento
5. Sobre el criterio de verdad.


A continuación trataré de dar respuesta a cada problema:

SOBRE LA POSIBILIDAD DEL CONOCIMIENTO: Existen 03 Doctrinas filosóficas que pretenden dar solución a este problema:

DOGMATISMO: Afirma la posibilidad del conocimiento, considera que  el contacto entre el sujeto y el objeto es real, o sea que el sujeto es capaz de aprehender al objeto, por lo tanto el hombre debe captar tal y conforme es dicho conocimiento sin deformación.



ESCEPTICISMO: Esta doctrina se opone al Dogmatismo, niega que el sujeto pueda aprehender al objeto y tener conocimiento de él. Existen dos clases de Escepticismos: Metódico y Sistemático.  

El Escepticismo METODICO consiste en poner en duda todo lo que se nos presenta como verdadero, para poder de este modo ir eliminando lo que hubiera de falso y llegar a un conocimiento seguro. Su representante es Descartes. 

El Escepticismo SISTEMATICO es una posición de principio, niega que podamos tener conocimientos verdaderos y además seguros.


CRITICISMO: Su representante es Manuel Kant, el cual manifiesta que el conocimiento verdadero existe, pero que debe ser aceptado luego de una crítica severa, reflexiva y sobre todo racional.




SOBRE EL ORIGEN DEL CONOCIMIENTO: A cerca de este problema, existen dos doctrinas que pretenden darle su respectiva solución:

EMPIRISMO: Manifiesta que el origen del conocimiento está en la experiencia por cuanto el hombre viene al mundo como un papel en blanco y cuando va pasando de una etapa a otra, lo va llenando de conocimientos, sus representantes más importantes son: Jhon Locke y David Hume.


RACIONALISMO: Su fundador es Godofredo Leibnitz quien manifiesta que el conocimiento no se logra a través de la experiencia sino mediante la razón que es la que genera conocimientos e ideas.



SOBRE LA ESENCIA DEL CONOCIMIENTO: Existen sobre este problema, 03 doctrinas que pretenden darle solución:

REALISMO: Su representante fue PLATON, quien dice que el conocimiento se encuentra en el objeto mismo, por cuanto el valor radica en sí mismo o de manera absoluta en el objeto.


IDEALISMO: Su representante es HEGEL, quien manifestaba que el conocimiento se encuentra en el sujeto mismo, por cuanto es él quien le da el valor a las cosas, lo cual de ser así, el conocimiento sería algo relativo.



FENOMENALISMO: Es una doctrina conciliadora entre el realismo y el idealismo, por cuanto nos dice que el conocimiento se encuentra tanto en el objeto como en el sujeto.


SOBRE LAS FORMAS DEL CONOCIMIENTO: 

  • EMPIRICO: Es el que se adquiere mediante la Experiencia o contacto directo con nuestro sentidos con los hechos o sucesos. 


  • CONCEPTUAL: Es aquel tipo de conocimiento que no forma parte del mundo material, pero nos permite construir afirmaciones que son verdaderas. Ejemplo: los números. 




LA EVIDENCIA- LA CERTEZA Y LA DUDA:


LA EVIDENCIA: Es la seguridad plena de estar en la en la verdad, de que se ha producido la adecuación entre la imagen y el objeto. Ejemplo: si es de día es evidente que sea de noche, si es casado es evidente que sea soltero. 

LA CERTEZA: Es estar seguro en la verdad, pero en menor grado que en la evidencia. 

LA DUDA: Es pensar sin juzgar, no podemos afirmar ni negar, es la desconfianza de que se produzca la relación entre la imagen y el objeto.

EL CONOCIMIENTO Y LA VERDAD: La verdad es la correspondencia entre el conocimiento y el objeto, hay verdad si coinciden las cualidades registradas por el sujeto con las cualidades propias del objeto. Hay falsedad cuando no hay correspondencia entre las cualidades del objeto, captado por el sujeto ya que el conocimiento es estar en la verdad.

CONOCIMIENTO EMPIRICO Y CIENTIFICO DE LA REALIDAD: El conocimiento empírico es la Experiencia de todos los días, es un conocimiento práctico, espontáneo, llamado saber vulgar. Ejemplo: la relación de la gente con el ambiente, los conocimientos medicinales de los curanderos, etc. El conocimiento científico es el que se caracteriza porque:

  • ES METODICO: Ya que nada se deja al azar, producto de la integración científica planificada.

  • ES SISTEMATICA: Ya que la ciencia no es un agregado de informaciones inconexas, sino que es un conjunto de proposiciones organizadas jerárquicamente.

  • ES COHERENTE: Ya que no debe tener contradicciones, debe de excluirlas. 

  • ES OBJETIVA: Ya que capta las cualidades o propiedades de las cosas tal como son, sin alterarlos ni deformarlos.

  • ES VERIFICABLE: Ya que debe experimentarse.

  • ES PREDICTIVO: Ya que anticipa como podrá ser el futuro fundado en las leyes científicas y en los sectores respectivos.












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