jueves, 24 de octubre de 2013

EL PROBLEMA DEL MÉTODO CIENTÍFICO


 EL  PROBLEMA DEL MÉTODO CIENTÍFICO



EL PROBLEMA DEL MÉTODO CIENTÍFICO 



El método científico es un camino de acceso a la intelección de la realidad. Consiste en dar razón sistemática, empírica y en lo posible experimental, de los fenómenos. Se basa en tres nociones capitales que alumbró el pensamiento griego: la physis, el sózein tà phainómena y el lógon didónai.


Ciencia es todo lo que se puede discutir. Lo cual afecta también al método científico. Ese método es, por supuesto, y precisamente por ser científico, discutible. Y lo es, en resumen, porque, a pesar de su ingente poder cognoscitivo y de su inigualada eficacia práctica, es falible. El conocimiento humano, incluso el más certero y profundo, termina siempre, según Heidegger, en una pregunta. Sea lo que fuere de todo conocimiento humano, cuestión en la que ahora no voy a entrar, así termina siempre -en una interrogante- todo conocimiento científico.


El positivismo científico es problemático porque es fiable. En primer lugar, porque es dudoso que en el conocimiento científico existan hechos puros, independientes de toda idea o teorías previas, con los cuales puedan contrastarse las hipótesis para ver si resultan confirmadas o refutadas. Los hechos no están siempre ahí, locuaces y hablando por sí mismos. A lo más, contestan si se les pregunta. Su contestación depende, en alguna medida, de la pregunta que se les hace. Y el científico hace unas u otras preguntas según las ideas previas, explícitas o no, que le vienen de la cultura en que vive o que, a partir de esa cultura, se le ocurren o concibe. Según esas ideas y los medios en cada momento disponibles, selecciona los hechos que le parecen pertinentes y los aspectos y datos que estima oportunos. No es seguro que no existan otros hechos que otras preguntas podrían revelar, ni está dicho que otros enfoques teóricos previos u otros procedimientos de observación no condujeran a otros datos pertinentes. La distinción entre teoría y hechos es, cuando menos, un problema.


No podemos decir que el problema la ciencia esté resuelto, ni siquiera que sea resoluble. 



Las regularidades empíricas comprobadas lo son, por supuesto, en las efectivas circunstancias en que se han comprobado, respecto a los hechos que se han seleccionado, con los medios instrumentales físicos y matemáticos con que los datos se han recogido, expresado y analizado, y dentro de los límites de precisión que esos medios han logrado y permitido. Lo que, a una escala de observación y medida, puede resultar regular y ordenado, a otra escala puede manifestarse confuso, irregular o aleatorio, o, al contrario, lo que parece caótico puede revelar ciertas invariantes a través de distintas escalas y un cierto orden en lo desordenado, como indican las recientes teorías del caos, los atractores y los fractales. Asimismo, lo que en determinadas condiciones se comporta como partícula, en otras puede hacerlo como onda. Y cuando se pretende sintetizar las regularidades en forma de ley, se plantea el problema de que la inducción empírica es siempre incompleta y, en consecuencia, no puede excluirse en absoluto la posibilidad de que la ley comprobada no se cumpla en algún caso todavía desconocido. Si la inducción ha de ser justificada por la comprobación empírica, el que se haya comprobado hasta ahora, pongo por caso, que todos los cisnes son blancos no excluye necesariamente que algún día se descubra un cisne negro o que la blancura de los cisnes, examinada por medios más precisos, resulte ser más o menos gris.


El carácter problemático de la justificación subsiste si de las leyes empíricas pasamos a la comprobación de hipótesis. Los hechos, en efecto, pueden confirmarlas o refutarlas. Pero ni la confirmación ni la refutación son infalibles ni apelables. Cuando una hipótesis se confirma lo que acontece es que las implicaciones observables que de la hipótesis se deducen son efectivamente observadas. Lo cual prueba que la hipótesis es compatible con los hechos, pero no que sea la única que puede explicarlos


El método científico, basado en la comprobación sistemática de regularidades e hipótesis mediante su confrontación con los hechos observables, es el camino más firme para la intelección de la realidad empírica. Presenta, sin embargo, aspectos problemáticos en todos sus momentos y fases. El investigador debe tener en cuenta el carácter problemático del método que emplea.


Los límites del método científico en psicología

El método científico aplicado al estudio de los fenómenos psicológicos en tanto éstos se manifiestan de alguna manera en la conducta. Sólo la conducta permite ser observada pública y reiteradamente por diferentes investigadores y sólo en ella cabe comprobar con rigor empírico y experimental las regularidades y las teorías e hipótesis presuntamente explicativas.



Ahora bien, la conducta que estudia el psicólogo es una acción física significativa, es decir, una acción física, como respuesta espacio-temporal a una situación estimulante. Sin estimulación físico-orgánica no hay conducta. Sin actividad físico-orgánica parece que no puede haberla. Pero esa acción física es significativa. Significa algo para el organismo vivo que responde. Y esta significación es precisamente lo que permite aplicar a su estudio el método científico, porque es lo único que permite identificarla y distinguirla de otras conductas. Los estímulos que provienen de la situación a la que el ser vivo responde, en cuanto energías físicas, varían de un momento a otro. La situación permanece psicológicamente identificable como la misma en virtud de su significación para el sujeto estudiado y para el psicólogo que la estudia.


Por lo pronto e inevitablemente plantea el problema de cómo abordar el estudio de los fenómenos de conciencia. En efecto, que la acción sea significativa quiere decir que significa algo para alguien, o que implica una relación entre un sujeto y un objeto. Y esa relación entre sujeto y objeto es precisamente lo que define la conciencia. Sin conciencia, por rudimentaria, elemental y vaga que sea, o sin alguna referencia a ella, no hay significación y, por lo tanto, no hay conducta.


La conciencia lo es de la acción. Si no hay ninguna acción, no se puede ser consciente de nada.               

 Lo que se observa privadamente en la conducta, en la medida en que de ella somos conscientes, es lo significativo de la acción física. Lo que se observa públicamente en la conducta es la acción física significativa. Los datos de la experiencia privada, como los datos de la observación externa, sugieren regularidades y pueden servir de base a hipótesis explicativas cuyas implicaciones, en ambos casos, han de someterse a la comprobación empírica o experimental en la conducta públicamente observable.


El problema consiste en que no se puede de ninguna manera prescindir de la conciencia, ni siquiera en la aplicación más radical y extrema del método experimental. Incluso cuando la conducta externamente observada se interpreta como conexión de estímulos y respuestas, sea esta conexión manifiesta o encubierta, respondiente u operante, directa o vicaria, se incluye en el proceder del psicólogo, lo sepa o no, lo diga o no, el examen de la conciencia. Porque el estímulo es, al fin de cuentas, una situación estimulante, significativa en alguna medida para el sujeto. Y la respuesta es una acción física del sujeto, en algún grado significativa para él.


Lo cual hace que, en la investigación psicológica de la conducta, sea insoslayable la consideración de la conciencia y, a la vez, el estudio de las variables y estructuras físicamente registrables en las que la conducta se realiza. La coordinación de estas dos perspectivas, la que se origina en la experiencia privada y la que procede de la observación pública, constituye un problema que la psicología, como ciencia positiva, no puede esquivar.


En el caso de la conducta humana nos referimos a la meta-conducta. El ser humano se conduce respecto a su propia conducta. He ahí un hecho inconcluso, que los psicólogos no han atendido suficientemente. El hombre se encuentra con su respuesta y puede hacerse, y de algún modo tiene que hacerse, problema de ella. Se encuentra, en algún grado y manera, como he razonado por extenso en otros lugares, con la situación estimulante a la que responde, con la obra que hace al responder con la actividad psicoorgánica que se pone en marcha al responder, consigo mismo respondiendo. Al encontrarse con todo ello, puede hacerse de todo ello cuestión, lo problematiza, indaga e interpreta. Las interpretaciones que hace van constituyendo la cultura en que vive y se conduce. Su conducta depende no sólo de los mecanismos psicoorgánicos activados por la estimulación, sino de la interpretación cultural que de los diversos componentes de su respuesta hace. Algunas de sus interpretaciones se incorporan al cuerpo social y se transmiten, modifican o pierden a lo largo del tiempo. Son el fundamento de lo que llamamos historia. Las posibilidades que abren al hombre su estructura psicosomática y el mundo cultural e histórico en que vive, se van actualizando en forma de acciones, de cuyo sentido interpretado el hombre se apropia y con las cuales va realizando su vida personal y biográfica.


Las diversas facetas de la conducta humana que así se muestran plantean nuevos problemas a la constitución y desarrollo de la ciencia psicológica.


La inevitable referencia a la conciencia permite y exige la aplicación del método fenomenológico para describir las relaciones intencionales entre el sujeto y el objeto, tal y como se dan en la experiencia privada. El problema que surge para la psicología empírica y experimental es cómo derivar de la descripción fenomenológica implicaciones comprobables en la conducta observada y cómo desarrollar técnicas para su rigurosa comprobación.
Los factores históricos que modulan la conducta humana son, en rigor, irrepetibles, lo que hace sumamente problemática su comprobación empírica y experimental. El problema que ahora se plantea es cómo aproximarse, mediante la documentación pretérita, la hermenéutica histórica y la simulación de escenarios, a la articulación coherente de estos ingredientes y perspectivas con la comprobación positiva de las implicaciones que de ellos puedan derivarse en la actual conducta observable.

TEORÍA CIENTÍFICA


Una teoría científica es un sistema abstracto hipotético-deductivo que constituye una explicación o descripción científica a un conjunto relacionado de observaciones o experimentos. Una teoría científica está basada en hipótesis o supuestos verificados por grupos de científicos individuales que en ocasiones no resulta completamente verificable. Abarca en general varias leyes científicas, verificadas y frecuentemente deducibles de la propia teoría. Estas leyes pasan a formar parte de los supuestos e hipótesis básicas de la teoría que englobará los conocimientos aceptados por la comunidad científica del campo de investigación y está aceptada por la mayoría de especialistas.
La teoría científica es el planteamiento de un marco teórico que explica o describe un fenómeno científico. Contiene un complejo de hipótesis, conocimientos y leyes científicas lógicamente ordenados y sustentados en variadas evidencias empíricas que permiten deducir o concluir la teoría.
Nace a partir de observaciones empíricas y de una curiosidad por explicarlas, Es así como se da inicio a una investigación orientada por una hipótesis de trabajo. A partir de los resultados obtenidos de la investigación se crea la teoría. A este proceso los científicos le llaman, el método científico.


Una teoría nunca podrá ser considerada como una verdad absoluta pese a que haya sido demostrada en cientos de experimentos que la corroboren. Esto se debe a que un científico nunca podrá asumir que conoce todo lo que hay que saber al respecto. De esta manera se entiende que para muchos fenómenos científicos hay más de una teoría que opere en ellos.
Podemos retomar ideas que nos indican la fiabilidad de una teoría que nos haga aceptarla o por el contrario descartarla.


• Lógica interna: Los postulados; hipótesis, leyes o conocimientos, deben estar ordenados lógicamente, sin dar cabida a incoherencias de cualquier tipo. Se debe ver claramente una cadena de causas y consecuencias complementadas entre sí.


• Consistencia: Debe estar basada en suficientes evidencias pertinentes que corroboren la teoría. Éstas deben ser de peso y coherentes con el fenómeno que se intenta explicar. Debe ignorar los mitos que no están sustentados por una base empírica.


• Compatibilidad con el fenómeno en cuestión: Debe operar en la realidad sin limitarse tan sólo a un marco teórico, pudiendo, de esta manera, ser empíricamente comprobable.


• Versatilidad: Dispuesta a ser corregida en función de los resultados de futuros experimentos.
Por lo tanto, resumiendo, para un fenómeno científico pueden existir cientos de teorías que lo expliquen y que cumplen las características antes señaladas. Son hipótesis carentes de verdad cierta, sin embargo, cualquier observación que la contradiga, la teoría queda refutada y olvidada, es así como una teoría es válida, pese a ser una hipótesis carente de verdad absoluta, siempre y cuando no exista una evidencia empírica que la contradiga.






(2011, 07). Problema Del Metodo Cientifico. BuenasTareas.com. Recuperado 07, 2011, de http://www.buenastareas.com/ensayos/Problema-Del-Metodo-Cientifico/2535560.html





  
El problema del método científico se da porque los filósofos llegan a un punto de establecer que tenía que llegar a un proceso que lo que es la observación y poder razonar sobre las cosas que pasaban, Asi ellos lograron encontrar  las respuestas de dichas interrogantes que el hombre se planteaba en un cierto punto de su vida.
Para este proceso denominado método científico se complementaba por una seria de etapas, el primer punto de este método es el planteamiento de un dicho problema, esto va a depender del pensamiento del individuo. El segundo punto es la observación que esta tiene que ser constante y detallada de dicho punto. Después  de una observación por un largo tiempo de dicho objeto, se va a llegar a establecer una serie de hipótesis estas pueden ser una serie de posibles soluciones que pueden ser ciertas o inciertas, ya que esta pueden cambiar a lo largo del proceso.
Luego de un planteamiento, una observación y una serie de posibles soluciones (hipótesis, nos va a llevar a una experimentación  de con esta podremos establecer una posible respuesta de esta interrogante.


Después de la experimentación obtendremos la respuesta concreta que luego la llevaremos a una teoría, que esta será respalda y refutada por otras personas. Cuando las personas han comprobado la teoría de este problema esta llega a convertirse en una ley que esta es respaldada universalmente y así es como se da el método científico sobre algún tipo de interrogante.



Servellon,2013  











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